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La niña del rayo

Hacia varias tormentas atrás, todavía era el día de hoy que la recordaban cada vez que llovía.
Ella le tenía medio a las tormentas, bah, mejor dicho, le tenía miedo a los rayos. No sabía a que le temia más, si al ruido o a la luz, pero era casi seguro que le faltaba llorar para darse cuenta que el miedo, era demasiado. 
Así es, como ahora llueve y yo estoy tranquila porque estoy intentando superarlo. Pero, anteriormente ese ruido siempre iba acompañado de un abrazo, el abrazo más sincero de todos. Entonces  llego un momento en el que ya el miedo, no era miedo, era una linda forma de decir “vení dame amor, abrazame”, un gesto tan egoísta pero fue así que el la recordó. 
Gracias a eso, ella tiene a alguien que la recuerda cada vez que llueve y saberlo, la hace sentir muy feliz. 

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