Tú me quieres pero yo te amo

Lo pensaba y el corazón se le aceleraba, era una sensación tan linda, tan real. Era lo mejor que le pasaba, aunque sean unos minutos, eso la hacia sentir bien. 
Esa sonrisa que, la mirabas y no te importaba todo lo demás, todo se hacia lento, como si estuvieras drogada y eso te encantaba, si, te encantaba poder disfrutar lo que veías. Y si era él, que mejor? Quedarte totalmente paralizada y preguntarte ¿con que necesidad me puede gustar tanto? 
Era verlo y cambiar el estado de ánimo, pasar a ser super optimista, sonreír, estar bien.
Pero comprobó que todo no era tan así cuando se dio cuenta de que él, no sentía lo mismo. Quería estar con ella si, pero no de la misma manera. No se querían de la misma manera. Ella casi llegaba a amarlo, él solo estaba empezando a quererla. 
Pensar que él no sabía si ella respiraba o no era lo que realmente dolía, dolía de una forma que generaba esa angustia, esa bronca mezclada con llanto que no sabes como sacar de tu cuerpo. Eso generaba. Era totalmente horrible que sintiera algo por alguien que no lo hacía por ella. 
Pensó que tenía que dejar de “auto-lastimarse” por así decirlo, y pensar solo en ella, en que era lo mejor. Y si, él era lo mejor, pero solo unos minutos y ella quería más de esos minutos, ella necesitaba de esa sonrisa todos los días, de un abrazo, necesitaba de él. 
Alla estaba volando por ahí sin dirección tratando de ser un chico aún más apático, solo por no querer aceptar que sentía lo mismo. 
Con su orgullo, con el si se llevaba bien. 
Y ella, ahí estaba también, a la derivada, volando exactamente como él, con la esperanza de algún día encontrarse y “coincidir”. 
Es ese momento, en el que te das cuenta que hay que valorar mucho más a las personas, que hay que dejar que todo fluya, que pase lo que tenga que pasar, no privarte de esas cosas que te hacen feliz y que tal vez, te puedas arrepentir. Por eso “no llores por quien no te ama, ama a quien llora por ti”.

Entradas populares de este blog

Se me parte en dos el cráneo

Es que amo tu sonrisa y lo demás no me hace falta

Olvidarte cuesta